Es muy importante realizar un examen y diagnóstico exhaustivo de la caída del cabello de cada paciente, para poder determinar con exactitud el motivo de la caída del pelo y elegir el tratamiento más efectivo. El tratamiento farmacológico debe ser prescrito y supervisado por un dermatólogo y se instaurará según la causa de la alopecia.
En el tratamiento de la alopecia androgénica hay dos fármacos muy utilizados, que son: el minoxidil y la finasterida.
El minoxidil empezó a utilizarse como vasodilatador en personas con hipertensión. Así se descubrió, por casualidad, que uno de sus efectos secundarios era precisamente que provocaba crecimiento capilar y regresión de la calvicie. Si bien como hipotensor se utiliza por vía oral, en casos de alopecia el tratamiento es en disolución al 2 y 5%.
Este producto es mucho más eficaz en personas jóvenes en las que la caída del pelo es reciente.
La finasterida es un medicamento antiandrógenico derivado no hormonal de los esteroides, que se receta a individuos con hiperplasia benigna de próstata. En dosis cinco veces inferiores (1mg por comprimido) se prescribe para evitar la caída del cabello, sobre todo el de la parte alta de la cabeza. Está contraindicado en mujeres por el riesgo de malformaciones del feto durante el embarazo.
Aparte de estos dos medicamentos, los laboratorios comercializan diversos productos anticaída con ciertos componentes que han demostrado su eficacia en la detención de la pérdida de masa capilar. Entre ellos podemos citar el aminexil (o kopexil), que evita el endurecimiento del tallo del cabello y la acumulación de colágeno alrededor. Sus beneficios son importantes, pero solamente en las primeras etapas de la pérdida de cabello.
El extracto de la planta Serenoa repens (conocida también como Sabal Serrulata y Serenoa Serrulata), planta americana de la familia de las palmeras a la que se le atribuyen propiedades parecidas a la finasterida en el tratamiento de la alopecia andrógenica.
A menudo, la causa de la caída excesiva del cabello se debe a ciertos déficits nutricionales en el organismo; por ello se formulan complementos que los aportan, y suplen estas deficiencias. Fundamentalmente contienen vitamina D3 y vitaminas del grupo B (acido pantoténico, biotina, niacina, piridoxina,…), ácidos grasos omega-3, minerales (cinc, silicio, y especialmente el hierro) y aminoácidos como la cisteína, arginina y la taurina. La composición varía mucho de una marca a otra, pero las diferentes combinaciones buscan sobre todo una mejora de la nutrición y, por ende, de la salud capilar.
Como resulta obvio, si la causa de la calvicie se debe a alguna enfermedad sistémica o cutánea, ninguno de estos productos mostrará eficacia, y el tratamiento deberá estar acorde con la patología de base que origina el problema.