Si no has escuchado de la dermatitis atópica es probablemente porque no presentas esta afección o no conoces a nadie que la tenga, sin embargo se ha convertido en un problema de la piel que es cada vez más común (yo por ejemplo, padezco de esto desde toda mi vida).
La dermatitis atópica es una afección de la piel que consiste en erupciones que se hinchan, pican y se enrojecen continuamente y es más común en bebés y se puede ir “desapareciendo” en la adultez.
La piel afectada por la dermatitis atópica necesita de unos cuidados específicos para prevenir los brotes:
- Limpiar la piel diariamente: la rutina de higiene es fundamental para mantener una piel saludable.
- Secar la piel con cuidado: lo más aconsejable es utilizar toallas de algodón y sin frotar para evitar dañar e irritar las zonas afectadas.
- Aplicar una crema hidratante adecuada: las pieles con dermatitis atópicas se caracterizan por estar muy secas (lo puedo confirmar), por lo que se deben utilizar cremas diariamente con cuidados emolientes para aportar la cantidad de nutrientes necesarios a la piel.
- Usar protección solar indicada para pieles sensibles: proteger las pieles en general es muy importante (sobretodo si vivimos en lugares muy calurosos y soleados), el protector solar lo debemos de aplicar en zonas más sensibles.
- Mantener un ambiente húmedo en las habitaciones: para evitar la excesiva resequedad en la piel se aconseja mantener los interiores húmedos, especialmente durante el invierno.
Con estos sencillos pasos podemos evitar los brotes, pero sí es muy importante hidratarnos adecuadamente bebiendo agua, en lo personal debo de tomar mucha agua para seguir hidratando mi cuerpo.
No olvides acercarte con los expertos en la piel que te puedan recomendar los productos adecuados para tu tipo de piel.