Aunque tengamos el mejor limpiador y la mejor rutina, hay impurezas que obstruyen los poros y y que ameritan extracción manual. Además, estas impurezas también pueden hacer que los productos de uso en casa disminuyan su efectividad. Para eliminarlas, la mejor opción es una limpieza facial profunda.
La limpieza facial es un tratamiento ambulatorio, mínimamente doloroso, que se utiliza para mantener limpia la piel, recuperar sus características sanas y potenciar los resultados de los tratamientos dermatológicos.
Entre los beneficios que se pueden obtener de realizar una limpieza facial profunda están:
- Piel suave
- Piel luminosa
- Regula la producción de grasa.
- Elimina las impurezas (puntos negros, espinillas)
- Renueva la piel
- Mejora y potencia los tratamientos de uso en casa
La realidad es que todas las personas somos candidatas a una limpieza facial, lo que cambia, es la frecuencia con la que se realiza. Si por ejemplo tienes muchos puntos negros o muchas espinillas, una vez al mes puede ser necesario, si ya tienes un tratamiento de mantenimiento y control, cada 2 o 3 meses puede ser suficiente.
Lo que sí, es importante confirmar si la limpieza es adecuada o no en cierto momento específico, por ejemplo, en acné, no todos los tipos de acné ni en cualquier momento es buena opción hacerlo. En ocasiones, si no se elige bien el momento, incluso puede ocasionar mayor inflamación.
Por eso es importante acudir a una valoración y determinar si eres una buena candidata o un buen candidato para este procedimiento.