Suena a una salida fácil para el médico decir: “Se te cae el pelo por el estrés”. ¿Pero, puede ser esto cierto? Existe un tipo de caída de pelo llamado Efluvio Telógeno, en el cual el ciclo normal se altera y existe un porcentaje mayor a lo normal, de pelo en la fase caída. Esto puede ser agudo o crónico. Tiene diversas etiologías, algunas banales y otras que requieren ser estudiadas. Las causas son muchas.
¿Pero, como es que el “estrés” puede causar caída de pelo?
Primero debemos definir el estrés, la OMS lo define como “el conjunto de acciones fisiológicas que prepara al organismo para una acción” En términos globales se trata de un sistema de alerta biológico, después de ser útil debe regresar a su estado basal. El problema llega cuando este estado es continuo puede llegar a causar alteraciones funcionales y orgánicas.
Por ejemplo, un ejemplo clásico de caída por estrés es el Efluvio Telógeno Agudo post quirúrgico. El cuerpo es sometido a estrés tanto físico como emocional para prepararse para poder responder de forma aguda y después recuperarse, se generan sustancias pro-inflamatorias de forma transitoria que irrumpen en el ciclo del pelo. Tres a cuatro meses después de puede ver una caída abrupta e importante, en la cual (si el individuo es sano) se debe recuperar prácticamente sin tratamiento.
Otro ejemplo poco identificado es: la producción de sebo puede aumentar por hormonas como la melanocortina y la hormona liberadora de corticotropina, esta aumenta la expresión de genes convertidores de andrógenos como la DHEA y testosterona. En periodos de estrés emocional, malos hábitos alimentarios o de insomnio se genera estrés físico e inflamación. Por lo cual, si ya tenemos un problema de pelo incipiente como hiperandrogenismo, alopecia androgénica o dermatitis seborreica este puede empeorar de manera transitoria bajo periodos de estrés. Se agrega a un pelo previamente enfermo una agudización de la caída.
También hay medicamentos antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos que pueden causar Efluvio Telógeno crónico. Y ocasionalmente se confunden los síntomas al inicio del tratamiento médico de problemas de ansiedad, depresión, etc. No es “sólo estrés” puede ser el efecto secundario de un medicamento o conductas patológicas asociadas. Por ejemplo, la anorexia en estados de depresión grave o el insomnio en depresión.
Nuestro mejor consejo es, siempre acudir a tu dermatólogo de confianza para valorar si hay alguna condición que requiera tratamiento. Siempre se puede hacer algo para mejorar. No estigmatizar los problemas psiquiátricos, mejorar nuestro estilo de vida, manejo del estrés y diagnosticar oportunamente problemas incipientes.